23.3.12

Pelos en la lengua

Me están saliendo pelos en la lengua y ahora cada vez que quiero decir algo miento. Mi cabeza piensa algo y mi boca lo suaviza. Y me avergüenza escuchar las cursiladas que digo. Ni siquiera soy capaz de llamar a las cosas normales por su nombre. Las disfrazo. Les pongo ropa de catequista, trajes de primera comunión. Y si lo que voy a decir tiene connotaciones negativas, se radicaliza la vestimenta y mis palabras se visten de costaleros, de procesiones de semana santa, de cuaresma, pero nunca terminan en confesión.

1 de abril de 2003.

16.3.12

El lenguaje del NODO. Primera parte


“En el Palacio de El Pardo, como en otro tiempo en su cuartel general, el jefe del estado español, caudillo victorioso de nuestra guerra y de nuestra paz, reconstrucción y trabajo, se consagra a la tarea de regir y gobernar a nuestro pueblo. Siguiendo el ejemplo de Franco, todos los españoles tenemos el deber de imitarle. Y lo mismo que él dedica su inteligencia y su esfuerzo, su sabiduría y prudencia de gobernante a mantener nuestra patria dentro de los límites de una paz vigilante y honrosa, cada uno, en su esfera de acción y trabajo, ha de seguir esta línea de conducta siguiendo lealmente la tarea que le esté encomendada, y que en definitiva redundará en beneficio de nuestra nación y 
de nuestro pueblo. Las juventudes de la Falange son portadoras de la nueva idea redentora, y de su recto sentido religioso y militar. España lleva su estandarte glorioso a tierras lejanas para la defensa de la civilización occidental, en el puesto más difícil de las empresas universales.
Y sobre el paisaje español, tantas veces consagrado por gestas heroicas, modelan su alma y su cuerpo los que constituyen la gran esperanza de la patria.
Encallada y tenaz labor, la mujer española se entrega a la misión sagrada de recuperar a miles de hijos de España y salvarlos de la miseria, para entrarlos sanos y regenerados, a la patria que les vio nacer."
“El general Yagüe vitoreado por la población de Barcelona. La primera misa de campaña se realiza en la plaza de Cataluña.”
“En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra… ha terminado.”
“La admirable institución de auxilio social, obra magnífica del Caudillo y de la Falange, celebra en este año de 1939 el tercer aniversario de su fundación.”
“En la Iglesia de Santa Bárbara tiene lugar un acto religioso, hondamente emotivo, en que el Caudillo hace ofrenda a Dios de su espada victoriosa, ante el Cardenal Primado.”
“Escoltada con el más hondo fervor, y con extraordinaria solemnidad, la venerada imagen de la Virgen de Fátima se acerca a la capital de España.”

“Hasta estos sectores obreros, como los campesinos, llega la labor de las cátedras ambulantes de la sección femenina, que se extiende por toda España sin excepción. Las enseñanzas que se dan son todas las cursadas habitualmente en la sección femenina, con los planes adaptados a la condición de cada lugar.”

“Se inaugura la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que como se afirmó en el decreto fundacional, tiene la grandeza de los monumentos antiguos que pueden desafiar al tiempo y al olvido”.

Benjamín Prado


¿Escribes siempre en el mismo lugar?
Escribo en cualquier parte, las ventanas pueden ser las de mi casa, las de un avión, las de un tren o, las mejores de todas, las de un hotel que esté a más de diez horas de avión. El mundo portátil es mi salvación: pones música, te aíslas y tu despacho te persigue a donde vayas.

¿Escuchas música mientras escribes?
Depende. Música que me guste pero no me distraiga, pero a menudo que sirva de banda sonora a lo que estoy contando. Si es una novela, me interesa menos lo que me apetece escuchar a mí que lo que le gustaría escuchar a los personajes.

¿Sueles llevar un horario estricto? ¿Cuál es la mejor hora?
Cualquier hora es buena, y si nadie ni nada me interrumpen, puedo estar escribiendo el día entero. Cualquier sitio es el mejor si no te hablan.

¿Utilizas cuadernos para tomar notas o lo haces todo a ordenador?
Sí, siempre llevo cuadernos pequeños, del tamaño de un libro de la colección Joya, de Aguilar. Me gusta que me los regalen mi mujer o mis amigos, mucho más que comparlos. Ahí tomo notas para las novelas y escribo los poemas, tacho, vuelvo a escribir y vuelvo a tachar los versos, siempre con tinta verde y, si hace falta, un millón de veces cada uno, pero jamás directamente en el ordenador.

Cuando estás muy metido en la escritura de un libro, ¿te cuidas a la hora de elegir las lecturas para que no te influyan?
La verdad es que no: leo lo que me apetece o, a la hora de documentarme para una novela, lo que necesito. No me gusta mezclar los géneros, eso sí que no.

¿Hay algo concreto que no puedas/debas hacer mientras escribes? Alguna manía…
No soporto que alguien se acerque y mire lo que estoy escribiendo, otros ojos en mi cuaderno o en mi pantalla son ofensivos.

¿Tienes lecturas de descanso? 
Prefiero ver una película, o una serie. Cuanto mejor sea la primera y más estúpida sea la segunda, mejor. Aunque lo mejor para irse a otro mundo es un partido de fútbol, en el campo o por la tele.

¿Cómo es tu biblioteca personal?
Gigante.

¿La tienes ordenada de alguna manera?
Sí. Poesía en mi despacho, siempre a mano, que yo levante la cabeza y me miren Lorca o Neruda. Narrativa en otra parte, la extranjera en unas paredes y la española en otras. La filosofía y el ensayo, especialmente sobre poesía, en un par de muebles cerrados con llave, y el resto, donde se pueda. Tengo más libros que metros cuadrados.

¿Eres fetichista con el libro como objeto?
No mucho. Me gustan, eso sí, los libros dedicados, verle la letra a los autores.

¿Qué casa de escritor te hubiera gustado visitar o has visitado y te ha fascinado?
Fascinarme, muchas, la de Isak Dinesen cerca de Copenhague, la de Neruda en Isla Negra, la de Lorca en Granada o la de Hemingway a unos kilómetros de La Habana. Pero la que me gustaría tener es la de Dámaso Alonso en Madrid, desde que la vi sueño con un salón de dos pisos, libros de arriba abajo: una pasada. Le pregunté cuántos tenía y me dijo: “Pues, no sé, unos cuarenta mil… Pero hay más en el sótano.”

¿Te molesta que se doblen las páginas, que se arrugue el lomo al abrirlo demasiado, subrayas, anotas en sus páginas…?
Si subrayas un libro mío o apuntas algo en él, hemos terminado.

¿Tienes algún tesoro en tu biblioteca? Primeras o raras ediciones, dedicatorias…
Cientos.

¿Tienes algún rincón especial en tu casa para leer?
No, me da igual, me pongo donde se pueda, tengo un despacho, pero si mi mujer está con sus amigas, por ejemplo, o mi hija con las suyas, me voy a otra parte.

¿Lees poesía?
Siempre leo poesía. Siempre la escribo. Los aeropuertos son un buen lugar para leer poesía.

¿Sueles acudir a bibliotecas?
No mucho, salvo que lo necesite o vaya a dar una conferencia a ellas, aunque en esos casos algunas me gustan mucho.

¿Hay algún clásico con el que, por alguna razón, no hayas podido?
Rimbaud me parece una lata.

¿Qué clásico que sabes que vas a disfrutar no has leído aún?
Yo creo que los he leído todos, la verdad.

¿Hay algún tipo de libros que nunca leerías?
En principio, no. Obviamente no leo muchos best-sellers, pero muy de vez en cuando, cae alguno, siempre que me lo recomiende alguien en quien confíe, por supuesto.

¿Cuándo viajas escribes?
Sí, bastante.

¿Has coincidido alguna vez con alguien por la calle o en el metro, leyendo uno de tus libros?
Sí, y es agradable. Los lectores siempre son personas que da gusto encontrarse.

¿Libro en papel o digital? ¿Tienes Kindle o algún tipo de lector electrónico?
iPad. De momento, papel para lo que me importa y tableta para los libros de trabajo. O para libros en inglés, aunque tampoco muchos: como mi mujer es azafata y yo muy chulo, cuando sale algo que me interesa, me lo voy a comprar a Londres.

Libros publicados por Benjamín Prado:

1986:.  Un caso sencillo (Poesía)
1991:. El corazón azul del alumbrado (Poesía)
1992:. Asuntos personales (Poesía)
1995:. Cobijo contra la tormenta (Poesía)
1995:. Raro (Novela)
1996:. Nunca le des la mano a un pistolero zurdo (Novela)
1996:. Dónde crees que vas y quién te crees que eres (Novela)
1998:. Todos nosotros (Poesía)
1998:. Alguien se acerca (Novela)
1999:. No sólo el fuego (Novela)
2000:. La nieve está vacía (Novela)
2000:. Siete maneras de decir manzana (Ensayo)
2001:. Los nombres de Antígona (Ensayo)
2002:. Ecuador (poesía 1986-2001) Poesía (recopilación)
2002:. Iceberg (Poesía)
2002:. A la sombra del ángel (13 años con Alberti) (Memorias)
2003:. Jamás saldré vivo de este mundo (Relatos)
2004:. Carmen Laforet (Escrito con Teresa Rosenvinge) (Biografía)
2006:. Marea humana (Poesía)
2006:. Mala gente que camina (Novela)
2009:. Romper una canción Ensayo biográfico sobre la composición de las canciones del disco Vinagre y rosas junto a Joaquín Sabina
2011:. Operación Gladio (Novela)
2012:. Pura lógica

13.3.12

Julián Rodríguez



¿Escribes siempre en el mismo lugar? ¿Cómo es? 

No escribo siempre en el mismo lugar. Lo hago entre Cáceres y Madrid habitualmente, luego corrijo en trenes y aviones y lugares de espera.

En Cáceres se trata de una casa con doscientos años, en una habitación amplia con estanterías repletas de libros a mi espalda y un patio con flores y un pozo y algunos árboles más allá de la ventana… En ocasiones, salgo al patio a descansar un rato y a escuchar el cortejo de los pájaros que vienen al atardecer.

En Madrid, en cambio, escribo en un quinto piso con grandes ventanales. Veo tejados, un gran parque “alternativo”, que es huerto también... También hay libros a mi espalda, en una vieja estantería rescatada de un ultramarinos francés del siglo XIX

¿Escuchas música mientras escribes? 
Fundamentalmente clásica. Interpretada, sobre todo, por raros músicos rusos que la Pereistroka y la expansión del formato CD nos trajo desde principios de los 90. También Bach, claro, y algo de música francesa de los primeros años del siglo XX.

¿Sueles llevar un horario estricto? ¿Cuál es la mejor hora?
No soy nada estricto en el horario, pero no puedo escribir antes sobre otra cosa. El día ideal sería: primavera, nada de frío en el ambiente, tranquilidad alrededor, muchas horas por delante. Un domingo, por ejemplo, sin graves obligaciones para el lunes.

¿Utilizas cuadernos para tomar notas o lo haces todo a ordenador? 
Escribo a ordenador, pero en ocasiones tomo notas, a veces en los márgenes de las copias del libro que voy imprimendo… Suelo usar libretas de Muji… Y también unas que editamos en Periférica (en realidad, son cuadernos en blanco).

Cuando estás muy metido en la escritura de un libro, ¿te cuidas a la hora de elegir las lecturas para que no te influyan?

Rotundamente no… No me importa que otros textos acaben nutriendo los míos. Todo lo contrario.

¿Hay algo concreto que no puedas/debas hacer mientras escribes? Alguna manía…

He escrito hasta en la cafetería de un centro comercial. Y durante semanas… No tengo manías. Y, por decirlo en los mismos términos que antes, “no me importa” que la realidad acabe nutriendo mis textos, todo lo contrario.

¿Tienes lecturas de descanso? 
Desde hace años, en mi tiempo libro suelo leer más ensayos y poesía que novelas. Salvo en algunas etapas del año… Podríamos decir que mis “lecturas de descanso” son cómicos y novelas gráficas.

¿Cómo es tu biblioteca personal? ¿Me la puedes describir?

Amplia, ecléctica. Con libros que compré a los 14 años y libros que compré ayer mismo. Dividida en cuatro casas casi (dos de ellas familiares) por su amplitud… Pero eso no me desespera. Simplemente me “coloca” en otra situación respecto a esa idea de biblioteca y de posesión.

¿La tienes ordenada de alguna manera?

Por géneros y alfabéticamente en el caso de la biblioteca que conservo en casa de mis padres, a la que dedicamos toda una habitación, y en la que también hay volúmenes que pertenecen a mi hermano… En la casa familiar del pueblo guardamos catálogos de arte, cómics, novelas clásicas, libros ilustrados… en un caos divertido (cuando te animas a buscar aquello que creías olvidado)…

¿Eres fetichista con el libro como objeto?

No soy bibliófilo. Amo los libros, y amo las ediciones hermosas y exactas, pero me gusta tanto una buena edición reciente como una buena edición “de época” (si el libro es antiguo, claro).

¿Qué casa de escritor te hubiera gustado visitar o has visitado y te ha fascinado?

Tengo un viaje pendiente para ver la casa del escritor norteamericano Thomas Wolfe, del que acabamos de publicar en Periférica El niño perdido.

¿Te molesta que se doblen las páginas, que se arrugue el lomo al abrirlo demasiado, subrayas, anotas en sus páginas…?
Doblo las páginas, sí, en ocasiones subrayo y anoto…

¿Tienes algún tesoro en tu biblioteca? Primeras o raras ediciones, dedicatorias…

Tengo algunas primeras ediciones y algún libro antiguo de interés. Desde Jules Vallès a Saint-Beuve, de Remy de Gourmont (con grabados muy hermosos) a John Ruskin…

¿Tienes algún rincón especial en tu casa para leer?

Me gusta leer tumbado a ser posible, en un sofá o en una cama. Con buena luz a un lado, si es de noche.

¿Lees poesía? 


Sí, leo poesía habitualmente. No suelo leer el libro de un tirón, sino que lo abordo por fases. Y luego releo… En cuanto a mis poetas favoritos, vuelvo a ellos cada poco. Y en ocasiones los tengo presentes al escribir.

¿Sueles acudir a bibliotecas?

Como no tengo mucho tiempo libre, no suelo acudir a bibliotecas últimamente, pero fui adicto durante un tiempo: de lunes a domingo. La biblioteca de Cáceres abre sábados y domingos. En Madrid hay excelentes bibliotecas. Cerca de mi casa madrileña está la del Reina Sofía, que es ideal para leer y trabajar.

¿Me podrías hacer un canon de libros?

Imposible. Sería larguísimo. Citaré a algunos autores (muy conocidos todos ellos) que me parecen fundamentales. Una docena exactamente (podrían ser 100): Fernando Pessoa, Hannah Arendt, Walter Benjamin, Robert Walser, Albert Camus, Cesare Pavese, Jean Rhys, Natalia Ginzburg, Marguerite Duras, Samuel Beckett, William Faulkner, Jorge Luis Borges.

¿Hay algún clásico con el que, por alguna razón, no hayas podido?

Creo que no. O no lo recuerdo ahora.

¿Qué clásico que sabes que vas a disfrutar no has leído aún?


Algún griego, algún latino… Queda tanto por leer, por aprender.

¿Hay algún tipo de libros que nunca leerías?

Soporto en formato cine lo que no soporto en formato libro. Hay muchos best sellers y libros de autoayuda que nunca leería.

¿Cuando viajas escribes?

Corrijo, tomo notas, “pienso en prosa” sobre lo que estoy leyendo…

¿Te has encontrado alguna vez en un mercadillo o librería de viejo alguno de tus libros? 

Sí, en la Cuesta de Moyano de Madrid y en el mercado de Sant Antoni de Barcelona… Pensé, como todo el mundo, imagino, que ya estaba en la “rueda” de los libros y el tiempo, es decir, que mis libros ya eran de todos.

¿Has coincidido alguna vez con alguien por la calle o en el metro, leyendo uno de tus libros?

Sí, en el metro de Madrid y en un avión a Roma. También, varias veces, en trenes que hacen el trayecto Cáceres-Madrid o viceversa (pero como podría ser considerado un autor “local” en Cáceres, esto último no me produjo ninguna sorpresa).

¿Libro en papel o digital?

Tengo varios dispositivos, todos ellos frutos de algún regalo. Pero leo habitualmente en el iPad. 




Algunos libros publicados por Julián Rodríguez:


12.3.12

Hoy Jack Kerouac habría cumplido 90 años. Aquí un pequeño homenaje

Para celebrarlo, dejo un extracto de su diario, escrito a los 19 años. 




I returned to college in the Fall, but my mind wasn’t at rest. My family was not any too well fixed; I felt out of place, the coaches were insulting, I was lonely; I left and went down to the South to think things over. Since then, on my own, I have been learning fast, writing a lot, reading good men, and have been slowly making up my mind, seriously & quietly. Either I am loathsome to others, I have decided, or else I shall be a beacon of rich warm light, spreading good and plenty, making things prosper, being a cosmic architect, conquering the world and being respected, myself grinning surreptitiously. Either that, Sirs, or I shall be the most loathsome, useless, and parasitical (on myself) creature in the world. I shall be a denizen of the Underground, or a successful man of the world. There shall be no compromise!!! I mean it.
Y a continuación, un vídeo en el que aparece en el Show de Steve Allen, 1959, donde, tras contestar a una serie de preguntas, él mismo lee un extracto de su libro. 


Perrito piloto

Soy el perrito piloto de una feria de pueblo y cada vez que viene alguien con posibilidades de ser mi futuro dueño, saco mi escopeta de agua y disparo a bocajarro. Y es que no quiero irme de aquí. Soy el premio gordo de entre todos los peluches que me miran con envidia, y no quiero terminar en lo alto de una estantería de un cuarto infantil llena de polvo, olvidada y teniendo que soportar ver desde allí arriba la rutina de una familia media, cuando puedo seguir aquí sintiéndome objeto de deseo, entre música, algodón de azúcar, luces de colores, como si fuera top model o actriz o el plato fuerte de un menú degustación.

31 de marzo de 2003.

Anselmo

Me he levantado sola y con una de las peores resacas de mi vida. Toda la casa huele a cerveza y a tabaco. Y mi estómago vacío no para de crujir. Me han despertado los ruidos de las obras de la casa de enfrente. Y cuando me he asomado al balcón para ver qué tiempo hace, me han visto todos los obreros con las tetas al aire. He vuelto a entrar dentro y me he mirado en el espejo para hacerme una idea de la impresión que les habré causado. Un asco. Ya no tengo edad para levantar pasiones. Me he vestido sin lavarme y he bajado a comprar más tabaco. La portera me ha recordado que el casero vendrá esta tarde a cobrar lo que le debo. Mientras hablaba he notado cómo se apartaba de mí con cara de asco. De camino al estanco, he comprado en la farmacia una caja de valium y alguien ha hecho algún comentario despectivo sobre mi olor corporal. Que se jodan. A ver quién tiene huevos de ducharse sin agua caliente con este frío. Aprovecho para llamar a Anselmo desde una cabina. Alguien me ha contado que San Anselmo murió en la hoguera. Le invito a casa a seguir bebiendo. No puede. Su mujer se ha ido de casa y se ha llevado las llaves. Así que decido ir a verle, y evitar la visita del casero. Anselmo vive en una casa de protección oficial rodeada de jardines de árboles escuálidos. La paz que debería reinar se ve truncada por los gritos de los miles de niños que habitan ese barrio y el chirrido permanente de columpios oxidados. Anselmo está tumbado en la cama y seguro que huele peor que yo. Pero no tiene mala cara. Me tumbo a su lado y enciendo un cigarro. Suena el teléfono. Lo cojo. Es su amiga la del teléfono erótico. Un encanto. Hablo con ella durante horas hasta que me muerdo el labio y no tengo ganas de continuar. Estoy sangrando. Anselmo me regaña por manchar sus sábanas. Me largo a casa. Ha vuelto el agua caliente.

6.3.12

Curry

Tengo un colega bastante infeliz. Se llama Curry, tiene los ojos tristes y físicamente es una mezcla entre Alfredo Landa y Pedro Picapiedra. No levanta del suelo más de 1,55 y no encuentra su lugar en el mundo. Y encima hoy me cuentan que ha salido en la tele. Y pensé, coño, que sea por algo bueno. Qué va. Era un reportaje sobre los que salen de marcha los jueves y no regresan hasta el lunes. Y el pobre Curry allí estaba, apoyadito en una barra intentando hacer amigos, mientras su jefe le creía en la cama con gripe y le miraba con ojos de indignación frente a la tele, mientras degustaba un menú de bar de polígono industrial.

23 de octubre de 2002

Anselmo

El bar está como siempre: mal iluminado, apesta a tabaco y a pegajoso alcohol, y esto, como siempre, me resulta bastante apetecible, así que me siento en la barra y pido un vodka. De la gente que hay en el bar, los pocos que no me conocen me miran con desconfianza, no tengo pinta de puta pero no entienden que una mujer entre sola en un tugurio así y salga de él sin un hombre.
Mientras me enciendo un cigarro, noto cómo pesan sus silenciosos ojos sobre mi cuerpo. Me evalúan. Y me apetece volverme y mirarles las caras, ver si puedo leer en ellas el resultado de lo que han visto, ¿tendré un buen polvo? Pero sigo sin mirarles, sonrío para mis adentros y me pregunto por qué los hombres que entran solos en los bares nunca valen una mierda. Y se me acerca el pesado de Anselmo. Es un pobre mentiroso que se pasa las horas en el bar esperando que caiga la noche para que el amante de su mujer salga de su cama. Entonces él se va a casa y, mientras ella duerme, él llama a su amiga la del teléfono erótico y charlan durante horas. Siempre me ha parecido que su historia era triste hasta que un día, Marieta, su mujer, apareció en el bar. Estuvieron horas y horas hablando, pero no había rencores ni malas palabras, que va. Se reían, se contaban cosas como si llevaran tiempo sin hablar. Y luego ella se marchó y Anselmo siguió bebiendo, pero con el gesto iluminado, había disfrutado mucho hablando con su mujer. Una grata sorpresa. Desde entonces le respeto mucho más.
Pero hoy viene con malas intenciones. Pretende descargar en mí todas esas historias que le gustaría que le hubieran ocurrido alguna vez y que no hay dios que se las crea.
Qué pasa Anselmo.
Me pareció verte el otro día saliendo de una peluquería.
Puede ser. ¿la del bulevar?
Justo, esa. Me sorprendió. Pensé que las mujeres como tú se levantaban ya con esa pinta. Que no necesitaban la ayuda de nadie para estar así.
¿Qué pinta? – Ya está, tirándome los tejos -
Como de putón trasnochado.
Los putones trasnochados también nos teñimos las canas.
Mi mujer me ha dejado por otro.
Pensé que eso ya lo había hecho hacía mucho tiempo. ¿Pretendes descargar en mí tu mala hostia? Porque ando algo escasa de tiempo.
No, sólo venía a charlar con alguien por el que sintiera más pena que yo, y ya me siento mucho mejor, gracias.
Qué capullo. Llamo al camarero, pido la cuenta y mejor me voy a casa. Malo es el día que ni Anselmo siente respeto por mí. Salgo del bar y no puedo evitar mirarme al espejo de la salida para comprobar mi pinta. Coño, realmente parezco una puta trasnochada.

22 de octubre de 2002

Perro vaca


Tengo un perro que unos días se levanta perro y otros se levanta vaca. Es curioso. No tiene un orden lógico. Así que cada mañana miro a ver qué tipo de animal se ha levantado. Cuando es perro no hay problema. Le doy una vuelta por la plaza para que cague y luego lo subo. Pero cuando es vaca... eso ya son palabras mayores. No cabe en el ascensor, así que bajamos por las escaleras vigilando que no salga en ese momento ningún vecino para que no proteste y se queje a la comunidad. Entonces la llevo a un parque donde arrasa con el césped mientras yo me avergüenzo ante las miradas de asombro y las carcajadas, y tengo que confesar que siempre me siento tentada a dejarla allí abandonada. Pero luego pienso “pobre animal”. El nunca lo haría.
Así que unos días me siento una mujer liberada, en mi pequeño apartamento, compartiendo mi vida con un perro, y otros días soy una pobre granjera sin granja y con una vaca triste que no tiene espacio ni para respirar. Pero lo llevo bien. Lo uno es compensado por lo otro. Mi perro me adora, me saluda cuando llego, me ofrece su pelota para jugar... mientras que la vaca me mira deambular por el cuarto de estar, con ojos tristes, como diciendo “Yo me iría, pero la verdad. Pobre animal. El nunca lo haría”.
22 de octubre de 2002

Visita inesperada

Esta mañana, al levantarme, no he podido desayunar tranquilamente ya que en el cuarto de estar me he encontrado con un platillo volante. Y claro, no me iba a poner a preparar café. Así que, cuando he conseguido salir del asombro, cuando me he empezado a familiarizar con el aparato, han empezado a oirse voces en su interior. He esperado un rato en la puerta para ver si alguien se decidía a salir, pero como no aparecía nadie, he llamado un par de veces y las vocecitas se han callado. Así he pasado largo rato, rodeando el platillo, acercando la oreja para intentar entender lo que decían ahí dentro, hasta que no he tenido más remedio que ponerme en marcha y vestirme a toda prisa para llegar a tiempo a trabajar.
Me he pasado todo el día pensando en ese chisme y no he dado pie con bola. Y eso que he salido tarde por todo lo que tenía que hacer.
Y cuando entro por la puerta me encuentro con un ser violeta de unos 40 cms de alto, con antenas y una pinta totalmente absurda que, de brazos cruzados y con gesto de indiganción, me pregunta: "¿pero qué horas son estas?" Desde entonces vivimos juntos. Aunque a veces es un poco déspota, cuando quiere es un cielo. En casa no da ni golpe, y a la calle no sale porque la luz solar le derrite el cuerpo. Pero tiene mucho sentido del humor. No sabe cocinar, aunque come como una mula. Y su platillo volante huele que apesta.
Solo llevamos una tarde viviendo juntos, pero creo que es él. Sopesando los pros y los contras, creo que haremos una pareja perfecta. Aunque a veces pienso que tiene un poco de morro: por aparecer en mi casa sin previo aviso, no dar ni chapa, gorronear toda la comida que encuentra y aparcar su nave en mitad de mi cuarto de estar. Pero supongo que así empiezan todas las grandes historias de amor. Y sobre todo, que con sus antenas podemos ver Canal Plus.

17 de octubre de 2002.

Downloading

Me he metido en la página web de David Lynch y cuando aquello ha empezado ¡DOWNLOADING DAVID LYNCH!-¡DOWNLOADING DAVID LYNCH!-¡DOWNLOADING DAVID LYNCH! me he sorprendido a mí misma cerrando rápidamente las piernas.


15 de octubre de 2002

Una postal


fuente de la foto
He recibido la postal de un desconocido. Es una foto del Ganges con una vista preciosa de Benarés, con escalinatas que bajan al río llenas de gente y mucho color. Y desde donde dice este hombre que echa de menos nuestros paseos por el campo, nuestras largas conversaciones, nuestras risas... que piensa en mí constantemente y que le gustaría que viera aquello, pero que no piensa volver porque se ha enamorado como un loco y ha encontrado la felicidad. Le he contestado que estoy destrozada, despechada, que no me lo podía imaginar. Que me abandone en estas circunstancias, cuando todo iba a ir mejor. Le prometo felicidad si vuelve, haré lo que me pida, pero que no me deje, que le necesito para ser feliz. Y me tumbo en la cama a llorar desconsoladamente, hasta que me quedo dormida y sueño con un hombre horrible que me hace la vida imposible, hasta que se le larga a Benarés.

12 de marzo de 2003.

3.3.12

La biblioteca más pequeña de Estados Unidos

fuente de la foto
La Clinton Community Library de Nueva York ha creado este sistema de intercambio de libros, reutilizando las cabinas vintage inglesas modelo K8, que además se encienden por la noche. Como casi todas las micro bibliotecas, si te llevas un libro tienes de quedar otro a cambio. Su creador, Claudio Cooley, cuando le preguntaron en una entrevista cuánta gente cabe dentro, contestó: "Cinco mujeres desesperadas, o dos mujeres gorditas", un comentario bastante machista, por cierto.
fuente de la foto
Pero no solo en Nueva York utilizan este sistema. En Westbury, Reino Unido, ya contaban con muy pocas bibliotecas por la zona, pero cuando cancelaron el servicio móvil de éstas, decidieron montar este sistema de intercambio de libros aprovechando también una antigua cabina. Aquí, los libros que no tienen buena salida, son donados a ONGs. 


Vía Flavorwire

Oscar Wilde sobre leer


Vía