31.12.10

¿Feliz año nuevo?

Vivir en el centro tiene muchas cosas malas, sí.  Y ahora mismo, después de lo que me acaba de suceder, no se me ocurren cuáles son las cosas buenas. Pero el centro es un termómetro permanente de esta ciudad cínica y abandonada al granito.

Ópera siempre ha sido una plaza habitada por mendigos. Gente, tanto de aquí como de allí, que duerme acurrucada en los cajeros y portales, y de día vive en la plaza de Oriente. Pero cada vez son más. Y los portales no se multiplican. Los cajeros tampoco. Y si antes, cuando llegaba la furgoneta de esa ONG anónima que reparte caldo cada noche, la cola de gente para comer ya era obscena, ahora es un auténtico delito.

Desgraciadamente, desde que vivo aquí,  ya son casi diez años, es normal bajar por la noche a sacar al perro y encontrarme a alguien hurgando en el contenedor de basura de mi portal. Incluso ya nos conocemos todos. Pero hoy, hace un rato, al bajar a la perra a dar su último paseo, he visto a una mujer que no me sonaba de nada. Una mujer de unos cincuenta y tantos años, con cara de rusa, o de algún país del Este, que había vaciado el contenedor para abrir una bolsa de la que sacaba unos pantalones de pana. Al mirarla, se ha apresurado a darme muchas explicaciones. Pero cuando la miraba a la cara, hacía un gesto como de esconderse:
- Ahora en seguida ya vuelvo a meter todas las bolsas dentro
- ¿Qué estás buscando? Comida o ropa
- Eh? Ahora mismo lo guardo todo de nuevo
- No te preocupes. Si a mí no me importa. Pero qué necesitas, ¿ropa o comida?
- Eh...
- ¿Las dos cosas?
- Pues... sí...
- Pues espera un momento.

He subido a casa y le he organizado una bolsa. Al bajar, me estaba esperando medio escondida. Ha cogido la bolsa, le he explicado lo que había dentro, y me ha dicho que eran demasiadas. Quería devolverme la mitad. Y, sobre todo, no quería que la mirara a la cara.

A continuación he avanzado a la plaza de Oriente para pasear a la perra, y se me ha acercado una chica tan maquillada que parecía una aparición kitsch, seguida de un operador de cámara. Y me ha preguntado: ¿Qué le parece lo más memorable del 2010? ¿El beso de Iker Casillas y Sara Carbonero?

La he mandado a la mierda.

3 comentarios:

José dijo...

Te entiendo. Una sociedad que acepta tanto sufrimiento sin rechistar no vale nada. Y lo que se ve por ahí todos los días empieza a ser jodido de verdad.

almu dijo...

La seguridad social debería soportar a todos. Es decir. Que si alguien está en la calle, el Samur Social le llevara comida, ropa, y lo que necesitara esa persona para sobrevivir cada día, si no quiere ir a un albergue, o lo que sea. Pero que cubriera a la gente de la calle.

Después, los demás. Y después de los demás, las plazas de granito.

Creo que debería perseguirse, como objetivo principal, a cualquiera que viviera en la calle.

El otro día estuve con mi hermano, 0,23, en un mercado pijo del barrio de Salamanca, y habñia una señora de, al menos, setenta años, pidiendo, muerta de frío. ESO debería ser prioridad.

Anónimo dijo...

Tu vivencia es la perfecta descripción de una sociedad cada día más deshumanizada y carente de sentimientos.Una sociedad que se reconforta con ver que han plantado petunias,que se ha cambiado el pavimento o que hoy lucen todas las farolas, y que encima opina "que esta gente afea la ciudad " y los observa con desprecio y diría que hasta con asco.
Que aún en estos "días navideños tan entrañables y en medio de ese fantástico simulacro de Amor,Paz,Felicidad y Generosidad", es capaz de aterrizar entre todos los homeless ,no ver absolutamente nada y abordarte con una frivolidad tan grande que parece que se esté riendo de su entorno y de la grave situación social.
Y lo más increíble,que el que nada tiene no se atreva a mirarnos porque hurga nuestro contenedor y al que le sobra dedique medios y dinero a la " basura municipal,televisiva, socíal....." y encima nos mire a los ojos sonriendo.

Y sobre todo GRACIAS PORQUE TODAVIA QUEDAN PERSONAS COMO TU SOLIDARIAS DE VERDAD.
ES UN HONOR CONOCERTE.

YEPPTE